¿Te sientes turista o ciudadano de tu vida? ¿Sientes que las cosas te importan o no te afectan los problemas de la vida la sociedad y la existencia? ¿Te importa tu propio crecimiento?
¿Qué diferencia hay entre un turista y un ciudadano de la vida?
Ambos están de viaje…pero en viajes muy distintos. Mientras que el turista satisface a sus sentidos, viene a ver monumentos, comer rico y salir, al ciudadano le importa que las cosas funcionen, que haya algodón en el hospital y que haya buenos colegios.
El ciudadano de la vida está en una búsqueda de la verdad. El turista se broncea y se cansa, mientras que el ciudadano brilla con su luz. Cada movimiento que hace el ciudadano lo hace para el bien de su comunidad y con gratitud. Mientras que el turista de la vida se preocupa superficialmente y sin conciencia de las cosas.
Un turista compara su viaje con otras experiencias y lugares y no está en el momento presente. Pero un ciudadano tiene un sentido de lo que hay que preservar y cuidar, así que tiende a estar en el momento presente.
La mayoría de la gente pasa su vida como turistas sin ni siquiera estar conscientes de ello. Solo unos cuantos hacen de su vida una hermosa residencia, se dan cuenta, toman conciencia del valor de la vida, de la belleza y perfección de todo.
Los turistas vienen, pasean un poco, sacan fotos con sus mentes solo para volver de nuevo. Pero los ciudadanos se sienten en casa en todos los lugares. Alertas, atentos quieren cuidar y ser cuidados.
Cuando consideras a la vida como algo sagrado, la naturaleza te espera, te ayuda te abraza y te nutre.
¿Tu qué quieres ser, turista o un peregrino en esta vida? Pon manos a la obra, ¿a qué te postergas?
ME PARECE UN PENSAMIENTO Y UNA POSTURA MARAVILLOSA.PERO INVITO A LAS PERSONAS A COLABORAR Y ESTAR ATENTOS CON LOS QUE ESTÁN MÁS CERCA PARA LUEGO HACERLO CON EL RESTO DEL MUNDO.
Gracias por leerme!!
Quiero ser peregrino!
En la realidad, creo, muy en el fondo, todos somos turistas de la vida. Algunos empiezan (o empezamos) a tomar conciencia de CIUDADANOS, cuando tenemos la suerte de cruzarnos en el camino con «alguien» o «algo» que nos hace ver la vida de otra manera. A otro nivel, y pensando en sociedades organizadas, mucho depende – en gran medida – de quiénes conduzcan, guíen o lideren esas sociedades: llámense gobiernos, jefes de tribus, etc., pues generalmente, el hombre (y la mujer, por supuesto), no dejamos de ser animales, hasta que «alguien» nos trasmiten una especie de «dosmeticación», si cabe el término. Es dfíl de explicar. Algunos, los m,ás iluminados, no necesitan que nadie se los haga ver. Y otros, precisamos de esa luz que nos alumbre para distinguir mejor las necesidades, propias y ajenas.